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A PESAR DE TODO LO CONSEGUIDO LA MOTIVACIÓN NO SE AGOTA
Cuando era joven mis ídolos eran aquellos guías alpinos que eran capaces de realizar con destreza casi todas las modalidades de montaña: se tiraban por caras nortes increíbles con los esquís, escalaban cascadas de hielo que daban miedo solo de mirarlas, paredes de roca inmensas, o grandes montañas muy difíciles de ascender.
Pues bien, se puede decir que me he pasado toda mi vida queriendo emular a aquellos hombres que transmitían un alpinismo romántico, hasta que creo que he conseguido convertirme en uno de ellos. He descendido montado en mis tablas por lugares vertiginosos que hoy solo de pensarlo me pongo nervioso, he ascendido muchas de las montañas que de pequeño había soñado, y, he escalado en roca, siempre junto a mi hermano, paredes que en aquel momento ni me habría imaginado…
A pesar de que se podría decir que he cumplido con muchos de mis sueños de juventud, mi motivación por seguir innovando sigue intacta. Me veo los próximos veinte años llevando mis límites todavía más allá, porque no quiero que este amor por la montaña acabe nunca…